miércoles, 29 de julio de 2009


Vía de escape


Como una oruga gigante de anillos acerados, así se deslizaba la cadena que sujetaba su embarcación.

Silenciosa y constante dejó el cemento para no sentir su peso dentro del agua y, a pesar de que ambos extremos permanecían firmemente sujetos, dejó llevarse por el cimbreo del agua mientras los últimos eslabones bailaban contra la madera: chof-toc, chof-toc, chof-toc.......

Siempre hay una vía de escape más ligera, más suave, sólo hay que saberla sentir.





3 comentarios:

M. Emilia Pavón dijo...

Y el corazón es el que tiene la respuesta.

DUMYISLAND dijo...

Hay que estar atento y aislarse de los ruidos...Desde aquí escucho el chof-toc, y el grito aislado, de alguna gaviota protestona.

Un abrazo.

Cristina Catarecha dijo...

Exactamente, Emi; así lo veo yo. Un beso.

Arturo....esas gaviotas no las había oído, pero tienes razón :-).
Besos.