lunes, 13 de julio de 2009


E la nave va


Al leer la entrada de hoy en El Buscador de Luces la reflexión ha sido inmediata http://buscadordeluces.blogspot.com/2009/07/un-alto-en-el-camino.html

A veces esperamos que la vida, el día a día, nos proporcione un alto en el camino pero no llegará de sus manos, sino de las nuestras.

Creo firmemente que es un error el buscar mil actividades para no aburrirnos, para distraer a los hijos, para dejar pasar el tiempo sin darnos cuenta de otras cosas que, interiormente, nos suceden.

Por supuesto, estoy hablando de forma general y no digo que éste sea el caso.
Durante la semana todos vamos con el agua al cuello, con los minutos contados y repartidos en pequeñas parcelas para abarcar todo lo que pretendemos. Llega el fin de semana y las carreteras se llenan de coches que parecen que escapen a toda prisa; de regreso el domingo por la tarde/noche y el lunes, de nuevo, a iniciar el bucle.

Es extraño, verdad?. Nos compramos casas que, lo valgan o no, nos cuestan muchísimo dinero y que tardamos toda una vida en pagar pero, sin embargo, no estamos en ellas. Huimos. Alguien sabe de qué?. Yo creo que es una huida de nosotros mismos.

En mi caso, llego al despacho el lunes y lo habitual es preguntar por el fin de semana. Todos con una rabiosa actividad y, sin embargo yo, siempre respondo "nada, no he hecho nada especial". Miento como una bellaca porque lo que para mí es especial para los demás no lo es y para qué vas a explicárselo pero yo disfruto dando largos paseos con mi perro, leyendo tranquilamente vuestros blogs, cocinando para la semana o para mis amigos, dando intermitentes cabezadas mientras pienso en fotos increíbles y textos maravillosos y viajando virtualmente a mil lugares que nunca conoceré.

Resumiendo: no hago nada especial. Simplemente son cosas que me relajan, me llenan y me dan paz. Ya pasaron los años del no parar sin más ni más y del no saber decir "no" a cosas que nada me apetecían. Solo hay que pararse, reflexionar y mirar a nuestro interior como hoy ha hecho Carlos Palacios en su blog. La respuesta creo que es bien sencilla.

Debemos perseguir nuestros sueños pero desde la calma, no creéis?.





4 comentarios:

M. Emilia Pavón dijo...

Una de las palabras que me ha costado más aprender a pronunciar es "no". Ahora quizás abuso de ella y, todavía sigo sintiéndome mal, pero ya he aprendido a ser rotunda. No asisto a una fiesta, reunión o acontecimiento familiar que no me apetezca. Poco a poco, los amigos, aunque te compadezcan por lo "aburrida" que eres, te terminan aceptando esas rarezas.

El caso es que, cada vez, disfruto más de la tranquilidad y ya empiezo a no sentir remordimientos por perder la tarde sin hacer "nada".

Carlos Palacios dijo...

Querida Cristina,

Lo primero agradecerte el "enlace" entre hilos. No te puedes imaginar la satisfacción que me produce pensar que alguna entrada te motive para crear otra... gracias.

Lo segundo, entiendo y comparto todas y cada una de las reflexiones de tu entrada y del comentario de Emi.

Soy el afortunado poseedor de un grupo de amigos adolescentes eméritos. Con sus treinta y tantos en el mejor de los casos, no hay noche que no perdonen sacrificando hígado y páncreas como si se pudieran comprar en cualquier mercado. Ellos por el contrario son los felices poseedores de un amigo "coñazo", "aburrido", "calzonazos"... podría seguir... que disfruta más frente a un buen solomillo en un gran restaurante, sin los estertores propios de un día de resaca, que de una noche sin dormir vagabundeando de bar en bar. Seré raro, pero es así.

Emi, la virtud no está en saber decir "no", sino en la asertividad en como se dice. Hay mil formas de decir "no", pero solo una buena... siendo claro, conciso y sin engaños que lleven a situaciones comprometidas...

Entre las dos me habéis dado pie para una nueva entrada... pero tengo que buscar una imagen que la acompañe.

Mil besos

Cristina Catarecha dijo...

Carlos, gracias a ti, en serio.
Comprendo perfectamente lo que cuentas porque he pertenecido a ambos grupos y, puedo asegurarte, que en el lado en que estoy ahora soy mucho más feliz.
Es como la cocina hecha de forma rápida y la realizada a fuego lento, mezclando todos los aromas, todos los sabores.
Me encanta este encadenado de blogs :-).

Un beso.

DUMYISLAND dijo...

Queridos amigos si me permitís, me uno a esta reflexión con una cita "Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no." Gabriel García Márquez.

La interacción con los demás, conlleva problemas, si digo que "no" me siento culpable, pero si contesto afirmativamente, voy en contra de mi mismo. Cuando uno se hace mayor, desarrolla la capacidad de sin agredir a los demás, decidir no someterse a su voluntad y defender su propio espacio. En ocasiones es mejor no dar explicaciones y hacerse valer.
Me gusta el fuego lento, te lo compro Cris.