domingo, 5 de julio de 2009


Con los ojos cerrados


Cierro los ojos y pienso en todo lo que no he hecho y, automáticamente, sopeso la suerte de unos y otros.

Me acuerdo de Eva, una elegantísima mujer como pocas he visto que vendió su alma a la heroína por un contratiempo amoroso. Las traiciones se pagan (aunque sean de otros) y ella dió la vida.

Me acuerdo de Esteban, cuya ausencia ha regresado estos días a mi cabeza recordando una noche loca con Thriller de Jackson de fondo. Una noche para contar, aunque no aquí.

Me acuerdo de Nabi, echadora de cartas de bella sonrisa que no supo jamás predecir su muerte ni la de su hija. Su risa aún cascabelea en mi cabeza.

Yo vuelvo a abrir los ojos convencida de lo mucho que aún tengo por hacer. Ellos ya no podrán.


Por vosotros, amigos!



4 comentarios:

Carlos Palacios dijo...

Cristina, tienes el don de generar sensaciones con cada palabra y con cada imagen. Me quedo con la visión positiva de esta entrada cargada de recuerdos, yo podría poner varios nombres, pero me da tristeza sólo pensarlos.

Un beso muy fuerte.

Cristina Catarecha dijo...

Hola Carlos, la tristeza suele obligarnos a no recordar con frecuencia a personas que fueron importantes en nuestras vidas o que, simplemente, dejaron huella en ella porque nos duele hacerlo pero hay que positivar los sentimientos en la medida de lo posible.
Ellos, los ausentes, se merecen estar en nuestra vida y nosotros no tenemos porque prescindir de lo poco o mucho que significaron en un determinado momento.
Duele, sí, pero ellos bien se merecen unas lágrimas o unas risas y, desdee luego, nuestro recuerdo libre de dolor.
Es lo que tienen los años, Carlos, que una aprende a positivizar o a obviar lo negativo.
Feliz lunes.
Un beso.

Blanca G-Campomanes dijo...

Yo me acuerdo de ti y se me llena la cara de sonrisas, me acuerdo de Roser y aún me parto el pecho recordando aquella noche en "Agronoms", me acuedo... de tanta gente que llenó mis dias de alegria que cuando pienso en Esteban y en tantos y tantas otras que sucumbieron por el camino, se me endulza el alma y se que mi energia también dará vida a sus sueños.
Un beso Cris, te quiero mucho.

Cristina Catarecha dijo...

Blanquita, renana, que tiempos!. Fué una buena siembra la nuestra.
Yo también te quiero mucho.