domingo, 31 de agosto de 2008


El caso del perro feliz


Era un 8 de junio y Silvia iba conduciendo por una carretera valenciana. Era de noche y una fina lluvia caía de forma incesante. De pronto, creyó ver algo que se movía en el arcén derecho de la carretera y paró rápidamente su coche. Tenía mucho olfato y experiencia en este tipo de situaciones y sabía que no se equivocaba, la historia se repetía.

Abrió la puerta de su coche y un pequeñajo, un cachorro sucio, mojado y hambriento se metió rápido en el vehículo sin esperar a ser invitado. Algo le dijo a su instinto "ésta no se me escapa", al ver a Silvia.

Ella, agobiada como siempre que revivía situaciones semejantes, le tapó con una toalla que llevaba en el maletero (ay!..la experiencia....) y se dirigió rápida hacia la capital. Buscó un lugar dónde dejar al cachorro (en una tienda de chinos dónde compró un par de recipientes) mientras iba a comprar pienso para él. Me imagino la cara del chino....XDDDD.

Rápida se llevó al cachorro a su apartamento y le dió de comer. Comer?? cómo tragaba!!! pobre....

Intentó localizar un espacio dónde dejarlo en diferentes protectoras de Valencia pero..nada, todo lleno o nadie quería saber nada.

Silvia, muy preocupada, no tuvo opción y se lo llevó a casa. Sabía que iba a tener movida por ese gesto pero no dudó y allí que se fué.

No voy a entrar en más detalles pero quiero comentar que su gesto, contra viento y marea dentro de su familia, es de loar e imitar. Por varios e importantes motivos no podía quedárselo de manera indefinida así que sólo podía actuar como "casa de acogida". A partir de ese momento Silvia, saturada por la responsabilidad de un final de carrera en puertas, se hizo cargo del cachorro. Lo llevó a veterniarios dónde le hicieron todo tipo de pruebas y le pusieron los tratamientos necesarios para compensar sus carencias derivadas del abandono.

Silvia, que lo sepaís, estaba ahorrando para comprarse un objetivo que le hacía mucha ilusión (un tokina 12-24) pero Pipo (así se llama el cachorro ahora) necesitó de ese dinero y ella no dudó en gastárselo para darle los cuidados necesarios.

De momento Pipo estaba a salvo pero era necesario buscarle una casa que le adoptara de manera indefinida.

Por otro lado yo, desde la muerte de Roco en diciembre, me iba haciendo la remolona en tener otro perro. La libertad de horarios recién adquirida era un caramelo que deseaba seguir saboreando así que, cuándo vi el anuncio de Silvia en http://www.canonistas.com/foros/off-topic/85349-perrito-4-meses-en-busca-de-familia-valencia.html , la página de fotografía que yo visitaba con asiduidad, no entré en detalles porque pensé que ya alguien se haría cargo de ese cachorro y, además, como buscaban una familia en Valencia, yo estaba fuera del tema.

Pasaron 3 semanas y, de forma casual, volví a entrar en esa conversación en el foro. El perrito seguía sin casa y la situación comenzaba a ser insostenible. Era el sábado 28 de junio, sobre esta misma hora, y yo ya no tuve escapatoria. Lo pensé rápido y decidí aún más rápido. Contacté con Silvia.

La cosa no era excesivamente fácil porque la protectora (sin refugio) http://protectoratorrent.blogspot.com/ estaba en otra comunidad autónoma y traerlo a Lleida era un poco complicado. Estuvimos en contacto, estudiaron mi perfil y decidimos actuar: el cachorro se vendría a vivir conmigo.

El 12 de julio, Silvia y Toni se desplazaron a Lleida y trajeron a Pipo. Formalizamos el contrato de adopción y Pipo es un perro feliz. Ya lo era, no tengáis duda al respecto.

Silvia le dió mucho amor y se nota y yo creo que entre los perros abandonados corre un rumor......"id por aquella zona, Silvia no os dirá que no y os ayudará en todo" :-)).

Desde entonces Pipo, gran devorador de textiles y celulosa, vive conmigo. Ahora tiene unos 7 meses y pesa 13 kilos. Compartimos la vida y, desde el miércoles pasado, entrenamos para conseguir una buena educación. El está contento con la novedad de su adiestramiento y yo encantada de saber que voy a aprender a hacer que vivamos lo mejor posible.
Como Pipo llegó a mi a través de una página de fotografía, fué atendido con los recursos de una "no compra" de un objetivo por parte de Silvia y ahora yo he vendido un par de objetivos para darle el adiestramiento adecuado (Peleng y 100 macro), os podéis imaginar que es un modelo perfecto y paciente para las decenas de fotos que le estoy haciendo. No podía ser de otra manera...le encanta la fotografía :-)).

No hay duda de que Pipo es un perro feliz. Dicen que le ha tocado la lotería 2 veces: una con Silvia y otra conmigo. De lo que yo estoy segura es de que Pipo ha sido para mi, mi buena estrella.


Para Silvia Garcia Peris, que sufre con lo que ve y no puede negarse a actuar, mis respetos y mi cariño y.... los lametones de Pipo :-).


Pd. Para los abandonais a los animales, para los que los maltratais de forma inimaginable, para los que miráis hacia otro lado.....: sois unos hijos de puta. No merecéis sino lo mismo que hacéis.

8 comentarios:

shat- dijo...

;)) que guapo y que gran modelo. Silvia fue el angel que salvo a Pipo y el destino ha querido que viva en el paraiso a tu lado. ;)) veras que en poco tiempo ya olvida sus diversiones textiles y se vuelve formalito.
Me alegro que Pipo comparta contigo,el camino del dia a dia. Os deseo muchas alegrias a los dos.
Para ti un abrazote muy fuerte y para Pipo rascaditas y achuchones.

Bonito texto Cris,llega la emocion y el sentimiento.

DUMYISLAND dijo...

Este mundo necesita más personas como tú y Silvia. Y desde luego menos de esos seres incompletos que aunque conservan todos sus miembros y sentidos, nacieron mal, desposeídos de lo más fundamental, el alma. Que suerte tiene Pipo.
Y tú que por un Peleng y un macro has ganado un modelo extraordinario de por vida.
Esta demostración de valor y corazón hace que recupere la fe perdida en el ser humano.

Un abrazo.

Cristina Catarecha dijo...

Rosamari, gracias por tu visita. Me gusta saber cómo se percibe la historia de Pipo y si consigo transmitir un poco de la ilusión por su compañía y el desdén hacia los que abandonan....me doy por satisfecha. Un fuerte abrazo.

Arturo, no veas heroicidades en mi gesto, nada más lejos. Desde hace ya mucho, un sentido práctico se ha adueñado de mi y lo exploto hasta lo indecible. La venta de esos objetivos hubiese podido darse por cualquier otra circunstancia...un viaje...un gasto inesperado....ahora es el momento de Pipo y esos cristales, quien sabe si algún día vuelven a estar en mi bolsa. Eso son caprichos, nada más.
Seguramente, mi sentido práctico y mi egoismo, hacen que parezca lo que no es de forma exacta: quiero que Pipo sea un buen perro y yo no quiero cometer los errores que cometí con Roco, mi anterior compañero perruno. Ahora es tiempo de sembrar. :-))
Sabes? los seres humanos somos extraños, muchas veces conseguimos cosas imposibles y otras, las más, lo fácil lo ignoramos y convertimos lo cotidiano en un auténtico desastre: dedicar tiempo a los hijos, querer a los padres, dar cariño a nuestros animales, atender a quien nos necesita....
eso no lo hacemos y la tierra que antes era fértil, ahora se agrieta de reseca.
Realmente somos seres extraños.
Un abrazo!

M. Emilia Pavón dijo...

Pues enhorabuena a todos:
1- A Pipo por haber encontrado hogar.
2- A Cristina por haber encontrado a Pipo y hacer tan buenas fotos.
3- A Silvia por ser esa gran persona.
4- A mi por descubrir esta historia que me ayuda a seguir confiando y creyendo en la humanidad "malgré tout".

Cristina Catarecha dijo...

Aquistoyyo, gracias por tu visita. Tus huellas me llevaron hasta la arena, un bonito lugar desde el que partir :-).

A pesar de todo, sí, tienes razón. Pero siempre hay personas como Silvia que enlazan, sin darnos cuenta, diferentes elementos que luego se convierten en inseparables. Le llamamos destino?.

Sé bienvenida en este humilde blog, tu casa siempre que quieras.

Un abrazo.

Silvia dijo...

Hola Cristina, Adivinas quien soy? Te suena más Silvia, no?? jeje. Abrí esta cuenta hace algun tiempo y me acabo de dar cuenta de que la puedo usar para dejarte comentarios...
Ya te lo dije, pero lo dejo aquí plasmado: me encanta como escribes!!! Esta historia en especial porq tb habla de mí, pero es q las demás tb son increibles. Me alegro de q tb guste a los demás y desde aquí decir q quien quiera siempre puede colaborar con muchas tareas distintas...
Y bueno, que al fin y al cabo tb siento que Pipo es un poco mío ya que ha pasado más de 1 mes pegadito a mí, y nunca olvidaré el momento en q lo encontré y no paraba de darme lametones mientras lloraba y movía el rabo desesperadamente a la vez q yo intentaba conducir!!! Siempre será un perro especial para mí y lo echo de menos... aunq dije q iría a veros pronto y así lo hare!
Muchos besos a los 2 y enhorabuena por este blog que estas haciendo!
:-)

Arturo Carrasco dijo...

El valor no es por desprenderte de esos codiciados cristalitos, que al fin y al cabo, tal como dices son caprichos. El valor, sobre todo para alguien que ha tenido perro y conoce esa responsabilidad, es adoptarlo con todo lo que eso conlleva. Hay que sacarlo cuando apetece y cuando no, con sol o con lluvia,haga frío o calor, velar por su salud,prepararle su comida, bañarlo...bueno que te voy a contar si lo sabes de sobra, igual que sabes que el te corresponderá con un afecto incondicional.

Un abrazo, Arturo

Cristina Catarecha dijo...

Devalen! sorpresa! me alegra verte por aquí. Esa escena del encuentro es muy descriptiva, al igual que toda la historia que cuento que tan solo es lo que tú me contastes.
Bueno, Pipo tiene 2 "madres", ya quedamos en eso, no? :-)).
Vente cuándo quieras, ya sabes que aquí tienes tu casa.
Un beso (los tuyos han sido debidamente transmitidos a Pipo).