domingo, 5 de abril de 2009


La goma


Los niños nunca me habían gustado, me quedaban grandes, no sabía qué hacer con ellos y creía que, lejos de una bendición, eran una especie de castigo.

Desde hace años esa percepción ha cambiado dando un giro rotundo. Os va a parecer extraño lo que voy a decir pero creo que el tener perro me ha enseñado a tener paciencia, observar, interpretar y comunicar y todo ese aprendizaje me ha servido para entender a los niños de una manera más o menos eficaz.

Hay niños y niños en la misma proporción que hay padres y padres. El campo hay que sembrarlo y, a pesar de las inclemencias, cuidarlo para procurar obtener los mejores frutos posibles.

Me ha gustado conocer a "S". Su desparpajo, su inteligencia y su trato de "tú a tú" es algo que cautiva desde el primer momento.

Me ha gustado ver cómo sus padres educan y conducen a "S", el tono que emplean, el diálogo, el cariño y el dejar ese aire a su alrededor que le permite desarrollar su fantasía y su imaginación sin agobios y sin complejos.

Creo que muchos padres no ejercen como tales pensando que todo el peso de la educación de sus hijos recae en los educadores, que con proporcionarles todos los caprichos ya cumplen con su papel y que mirar hacia otro lado significa ausencia de problemas y eso ya les está bien. Sin duda, penoso.


Desde luego éste no es el caso. Es como los deberes de la pequeña: se escriben, se borran si es necesario y, cuándo está todo en orden, se pasa página.


Para S, P y A, con mi cariño y gratitud.

7 comentarios:

shat- dijo...

Que verdad tan grande, me gusta y comparto tu comentario. Hay que dejarles " aire " que maduren y vuelen. A los hijos se les tiene que querer no necesitar.
Bellisima imagen y bellisimo texto, te expresas tan bien con las imagenes como con las palabras.
Un beso

DUMYISLAND dijo...

La foto es absolutamente deliciosa y el texto que la acompaña completa la visión de alta calidad humana de quien lo escribe. Creo reconocer esas uñas mordidas.
He de decir que aunque me equivoque, que seguro que lo hago, no intento dirigir el camino de mi "S", sólo acompañarla, hasta el día, en que mis pasos cada vez más lentos sólo me permitan ver cómo se aleja.


Gracias a ti de corazón.

M. Emilia Pavón dijo...

Y se alejará muy pronto, Arturo, temo decirlo. Vivo unos días de síndrome de "nido vacío" y, al mismo tiempo, de gran orgullo de que mi pájaro echó a volar.

Cristina, esa preciosa imagen no podría estar mejor acompañada que por tus palabras (estoy totalmente de acuerdo con Shat)y, como educadora, te agradezco que delimites el campo de nuestro trabajo con tanta claridad.

Carlos Palacios dijo...

Dulces, bellas y sensatas palabras.

Cristina, no nos prives nunca de tu visión hecha poesía.

Besos,

Carlos

Ramón Guinea dijo...

Hola, Cristina. Hace mucho que nos tenías abandonados a los que seguimos tu blog. A mi, personalmente, me encantan los niños. Una foto especial, muy bonita. Buenas vacaciones y un beso desde Bilbao

Blanca G-Campomanes dijo...

Como siempre la imagen y las palabras en su justa medida, preciosas. Y los niños... que borren, que rescriban, que vuelen y que corran por los caminos que sueñen, sus caminos.
Gracias Cristina

Cristina Catarecha dijo...

Muchas gracias a todos por vuestras palabras. Saberse arropada por personas como vosotros es muy bonito.
Besos.