Me gustó conocerte y, como suele pasar, nos faltó tiempo para compartir muchos más momentos. Hace apenas un año estabas aquí, con casi todo el grupo, compartiendo risas y afición; hoy todos lloramos por ti.
No somos inmortales, lo sabemos, pero eras demasiado joven. Tendría que haber un baremo para ir desapareciendo de este mundo con un cierto orden, no así.
Miguel Angel, brindaremos por ti (que eso es lo que te gustaría que hiciéramos, estoy segura), reiremos recordando los buenos momentos y yo pensaré que andarás por ahí arriba haciendo fotos a diestro y siniestro.
Ha sido un placer conocerte, que tengas un feliz viaje y que la luz guie tu camino.
Nosotros ganamos un ángel más.
Hasta la vista, amigo.