No ha sido un otoño espectacular fotográficamente hablando pero Irati siempre ofrece cantidad de imágenes para llenar el sensor de capturas, algunas, este año, realmente apocalípticas.
Este año he repetido experiencia y he dedicado unos días a hacer la otoñada por tierras de Soria y de Navarra. Han sido unos días inolvidables por lo provechosos, lo divertidos y por alguna que otra anécdota que no olvidaré nunca.
Por ese camino que veis en la imagen se fraguó una aventura que por suerte acabó bien y como diría Piqueras en sus noticiarios "la lluvia, el viento y la noche determinaron el destino de aquellas intrépidas fotógrafas".
Con esta entrada vuelvo al blog tras unos meses agotadores y ya ubicada física y mentalmente (nada grave, un cambio de casa tras una reforma que aún no he liquidado de forma definitiva).
5 comentarios:
Hola Cristina, me alegra volver a visitar tu blog, las mudanzas y reformas son agobiantes, un royazo de primera!!!
Irati siempre será sinónimo de Otoño, pero los lugares escogidos guardan parajes entrañables. La foto es una soledad bella
Un abrazo
Ufff, Cristina, cuánto tiempo, espero que esté todo bien, me alegra que hayas vuelto y con ese maravilloso bosque que muestra todo su esplendor en otoño.
Bienvenida a tu casa.
Besos.
Gracias, chicos. Me siento de nuevo en casa!
Un abrazo.
He tenido el placer de conocer Irati a finales de este verano, cuando por allí empezaba ya a apuntar un otoño que se me antoja mágico y envidiable, y que por desgracia, por cosas del trabajo, tardaré aun años en conocer. Pero en fin, también es bueno tener proyectos para el futuro y mientras tanto soñar con él gracias a fotos como la tuya
Joaquín, Irati es lo que dices: pura magia. Es un bosque encantado que espero volver a ver otro otoño más en todo su esplendor.
Mis mejores deseos para que esas "cosas del trabajo" se solucionen rápidamente.
Gracias por pasarte por aquí.
Cristina
Publicar un comentario