Desde hace ya mucho soy de la opinión que la suerte, salvo casos de fuerza mayor, se la fabrica uno mismo.
Cuándo alguien tiene muy mala suerte (o muy buena) a lo largo de toda la vida, si repasamos sus andanzas o si supiéramos la verdad, nos daríamos cuenta de que el camino -en cualquiera de los dos sentidos- se lo ha labrado con sudor y lágrimas. Hay que insistir para hacer siempre las cosas muy bien o muy mal.
Casi nada es cuestión de suerte y, aunque hay factores que pueden ser determinantes en contadas ocasiones, nosotros disponemos de la sabiduría, experiencia, voluntad y reflexión necesarias para que la balanza se venza hacia un lado o hacia el otro. Nosotros tenemos la llave que facilita el camino a recorrer.
Al final todo es cuestión de suerte..... si tú quieres.
Feliz domingo.
2 comentarios:
Discrepo,de tu fé en la poderosa influencia del libre albedrío como director absoluto del destino.
Creo que la vida, es un "crupier" que reparte cartas marcadas y sólo te deja jugar la partida. Algunos vienen con póker de Ases de mano y otros tienen que pelear con dos cuatros.
Puede que tengas razón, querido tahur, pero la actitud a la hora de manejar esas cartas, el riesgo que se quiera correr y el saber esconder a los contrarios las cartas, es todo un mundo (tú lo sabes bien).
Hay quien con cartas pésimas han ganado partidas poderosas y otros, con una mano fantástica, se han caído al pozo a la primera de cambio.
Todo es relativo y la actitud es un importante porcentaje.
Ases y besos.
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