Pasó un nuevo invierno con las incertidumbres de siempre aunque al final, sin atreverse a esperarla, se encontró de bruces con la primavera. Siempre le resultaba mágico ese final.
Una nueva cosecha abotonaba su era mientras él, satisfecho, miraba por la ventana y sonreía divertido observando a aquella mujer que atrapaba en su cámara la imagen perfecta: un trabajo bien hecho y una buena cosecha.
Feliz semana.
4 comentarios:
Aquesta foto mig enboirada és preciosa Cristina. Salutacions.
Gràcies, Dolors.
Una abraçada.
Muchos días sin pasar por aquí...
Me alegra de tu vuelta con esa foto y esa atmósfera.
Un abrazo.
Hola Chapiniki.
Sí, ha sido una ausencia un poco larga pero las aguas vuelven a su cauce de nuevo.
Me alegra encontrarte.
Gracias y un abrazo.
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