Nos empeñamos a veces en ordenar demasiado nuestra existencia: que no falte de nada, que no sobre nada.
Nos arropamos con rutinas que nos facilitan la vida con una inercia impercatable y que, a veces, lo único que consiguen es que pasemos por la vida sin vivirla en exceso.
Deberíamos disfrutar más de la hermosura del caos, de la improvisación, del no conocer el final. Relajarnos, dejarnos llevar sin intentar controlarlo todo y ....vivir con intensidad.
Feliz semana.
2 comentarios:
Fijate que hasta pretendemos ordenar el aparente caos de la propia Naturaleza... acomodarlo a nuestras normas. Nos creemos como dioses que todo lo controlan.
Una preciosidad la foto que subes.
Un abrazo,
Cuánta razón tienes.
Elegí esta foto porque a pesar de ser un paisaje bellísimo los elementos no están ordenados (fotográficamente hablando) y hay un cierto caos en la orilla, con ramas secas, troncos caídos etc...y me gustó que prevaleciera lo natural sin que el hombre metiera baza.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo!
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