Para muestra, un botón.
Ese balcón me dice que se trata de un apartamento pequeño; sé que está habitado por árabes. Diría que son hombres por la forma en que han dejado la ropa en el tendedero y por la ausencia de prendas femeninas.
Era un día en que avisaron de fuertes vientos, muy fuertes, y me sorprendió aún más esas ollas en el balcón; la grande tapada simplemente con un plato.
Vienen a mi cabeza recuerdos de pequeña en que la abuela dejaba en el alféizar de la ventana las ollas a refrescar o la cesta de mimbre con las aceitunas negras a la serena.
Es bonito rodearse de tecnología y grandes avances pero me encanta recuperar, aunque sea a través de otros, las viejas usanzas.
Feliz domingo.
Pd. las ollas huyeron a tiempo de las ráfagas ventosas :-).
3 comentarios:
Que bueno volver a leerte y disfrutar entrenada visión fotográfica. He de reconvenirte por tu afirmación feminista sobre la forma de tender de tus vecinos. Debes saber que yo era la envidia de mi patio en el tendedero y que las mujeres musulmanas tienden igual o peor que los hombres, si bien es cierto que en su caso, si hay mujeres, ellos no tienden.
Me encanta el detalle de las ollas en el balcón. ¿Para qué tanto plástico, y tanta asepsia? En la época de nuestras abuelas, había fresqueras, y los nietos bebíamos a morro de las gaseosas y estamos vivos.
Un abrazo y gracias por tus palabras.
feliz.
Imagen y comentario, se disfruta en tu blog.
Un beso
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