Camino de la inmobiliaria María sentía que una garra le estaba retorciendo el estómago.
Siempre habían querido tener una casa junto al lago y ahora, tras un fantástico golpe de suerte, iban a formalizar la compra.
Un lugar ídilico en el que María había enmarcado, desde su adolescencia, sus más preciados sueños; pero la vida fué transcurriendo y lo que antes hubiese querido compartir con Mario para el resto de sus días ahora significaba un lazo más que le ataría a alguien a quien ya no quería.
El cielo de sus sueños con Mario estaba en pleno ocaso.
Nunca fué una persona demasiado decidida. Las dudas le invadían continuamente y la comodidad de que alguien decidiese por ella, evitando así discusiones y conflictos, le había sido útil pero ya no quería dejarse llevar más. Necesitaba un golpe de timón en su vida y sabía que éste era un buen momento para, al menos, poner freno a su debacle.
Mientras caminaba junto a Mario, en silencio, en su cabeza una pregunta se estaba imponiendo: "y si no lo hacemos?" "y si nos volvemos atrás?" ".....Mario me matará..." pero, a pesar de sus temores por plantearle a Mario su idea, no sabe cómo una frase salió de sus labios: "no quiero hacerlo, Mario".
El torció la cabeza y la miró incrédulo, "no quieres hacer, qué?". "No quiero comprar la casa, ya no".
Mario frenó en seco y se plantó delante de ella pensando que se había vuelto loca.
María había puesto, en ese justo momento, su punto final y una bocanada de aire fresco entró hasta su estómago.
Ese, ese fué su momento.
...continuará.....
1 comentario:
Precioso tonos de colores y la composición esta muy. Un abrazo
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