No ha sido un otoño espectacular fotográficamente hablando pero Irati siempre ofrece cantidad de imágenes para llenar el sensor de capturas, algunas, este año, realmente apocalípticas.
Este año he repetido experiencia y he dedicado unos días a hacer la otoñada por tierras de Soria y de Navarra. Han sido unos días inolvidables por lo provechosos, lo divertidos y por alguna que otra anécdota que no olvidaré nunca.
Por ese camino que veis en la imagen se fraguó una aventura que por suerte acabó bien y como diría Piqueras en sus noticiarios "la lluvia, el viento y la noche determinaron el destino de aquellas intrépidas fotógrafas".
Con esta entrada vuelvo al blog tras unos meses agotadores y ya ubicada física y mentalmente (nada grave, un cambio de casa tras una reforma que aún no he liquidado de forma definitiva).