domingo, 20 de diciembre de 2009

El muerto que nunca existió



Hace unas semanas escribí una entrada (1) en la que relataba un hecho curioso que llamó poderosamente mi atención pero la vida tiene esas cosas extrañas y lo que en un principio era una curiosidad luego desembocó en una cadena de casualidades difíciles de creer pero que son del todo ciertas.
A raiz de esa entrada alguien dejó un comentario diciendo que conocía la solución a mi intriga pero que las teorías que íbamos desgranando le estaba divirtiendo tanto que iba a esperar un poco más para desvelar el supuesto misterio.
En vista de que poco más se escribió al respecto por nuestra parte, el anónimo visitante decidió contar el final de la historia: la placa que se ve en las fotografías no corresponde al difunto sino a la persona que hizo hacer las cruces, las piedras y las inscripciones. En aquellas 2 tumbas estaban enterrados su abuelo y su abuela y él quiso hacerles un homenaje. Los nombres de los difuntos no se veían porque estaban tapados por las flores y sus envoltorios.
Una sencilla explicación para tanto misterio aunque yo sigo pensando que los difuntos deben de tener una muy pequeña inscripción con sus nombres porque por más que miro y remiro esas fotografías y otras muchas que hice, no los veo por ningún sitio.
La persona que dejó el mensaje no era el difunto inicial sino un amigo de él. En su mensaje dejó un teléfono para que yo contactara y así lo hice.
Llamé y me explicó más o menos lo mismo que ya había comentado en su mensaje y a mi pregunta de cómo había llegado a mi blog y a esa entrada en concreto, no supo o no quiso explicármelo así que no insistí más.
Al final de la conversación le comenté que yo vivía en Lleida y nos despedimos.
La cosa quedó ahí y tema aclarado.
Pero...... al cabo de unos días suena el teléfono de casa: era  mi hermano diciéndome que vaya la que había líado con la foto que había subido a internet; yo no entendía nada y no hacía más que repetir en tono interrrogativo las frases que él iba diciendo. Al final entiendo que me habla de la foto de la tumba de Gósol y le comento que ya está todo aclarado pero de eso nada..... ahora viene la sorpresa mayúscula cuándo va y me dice que la persona con la que yo había hablado por teléfono era el suegro de su íntimo amigo y compañero de trabajo. Yo no podía cerrar la boca. Era eso posible?.
Resulta que "P" fué el fin de semana a casa de sus suegros (en otra provincia) y hablando hablando surgió la historia de "mi día de difuntos". Al llegar al final del relato le dice que la persona que escribió la entrada es una chica vasca (?¿) que vive en Lleida, salió mi apellido y "P", alucinando, le dice a nuestro anónimo que no solo me conoce sino que trabaja con mi hermano y que son íntimos amigos. El hombre no daba crédito y yo aún casi que tampoco.
Bueno amigos, este es el último capítulo de mi historia. Parece que el círculo se ha cerrado ya, o no........quien sabe que nos depara aún este tema.
Desde luego no podéis negar que aunque me hubiera propuesto encontrar al muerto difícilmente lo hubiera hecho y no solo me ha encontrado él a mi sino que casi casi somos de familia.
Cosas veremos :-).


domingo, 6 de diciembre de 2009

Ausencias


Hace ya dos años que se marchó y su huella sigue estando muy presente, lo estará siempre.
Entre lágrimas se me escapa la sonrisa pensando en sus cabriolas y su tozudez; en su no-rabo con parkinson :-) y en aquella forma de caminar moviendo el trasero de medio lado.
Hoy mi recuerdo va para él y lo imagino saltando con las orejas al viento tras algún chusco de pan.


Va por ti Roco.