domingo, 31 de enero de 2010

Para Elsy




Hoy empieza el mes que recuerda, aún más, tu ausencia. Parece que tu recuerdo se haya diluído para algunos pero sólo lo parece, yo sé que sigues aquí con tus bellas imágenes, tu sonrisa y tu paso firme. Este año mi foto para ti es en blanco y negro para que tú la pintes con amaneceres, lunas y estrellas.

Esos árboles levantan, como yo, su mirada hacia el cielo y te mandamos un beso: va por ti Elsy!
Un beso.

Despertares



Mientras la ciudad aún duerme y la luz del amanecer se desliza ante mis ojos la sensación de paz y de vivir un momento único me hace sentir una privilegiada.
Pipo y yo en nuestro paseo matinal disfrutamos de bellezas como ésta.

Feliz domingo.

sábado, 30 de enero de 2010

Solo una vez




"Once" ("solo una vez") es el título de la película que vi hace poco. Fué una auténtica sorpresa por como estaba hecha, por su sencillez, por su temática y sobre todo por su maravillosa banda sonora. Su música te invade y la emoción te posee. Toda la película es como la mirada del protagonista: franca, sencilla, envolvente e increíble.
Ha sido un lujo de descubrimiento y una banda sonora que va a acompañarme por bastante tiempo: la he adoptado :-).
Por cierto, ganó el oscar a la mejor canción en el 2008.
Os dejo un par de enlaces para que la disfrutéis, espero que os guste tanto como a mi.
http://www.youtube.com/watch?v=ej-jDfURn_k

Sobre la película....


Pd. Para Marta, por quererme y por compartir conmigo momentos especiales.

domingo, 17 de enero de 2010

Desde el otro lado




A veces la tormenta se apodera del día y la luz brillante desaparece, la fuerza de las gotas distorsiona la realidad creando una pátina de confusión y el lodo invade el camino: aparece el caos.
Luego todo eso desaparece y surge la belleza a pesar de todo y un nuevo camino se dibuja ante nuestros ojos.

A veces solo se trata de mirar desde el otro lado.

Feliz semana.

Pd. Para Blanca, por enseñarme a mirar.

sábado, 9 de enero de 2010

Conversaciones en el tren



Observar siempre es interesante, te permite imaginar historias con apenas un par de las piezas del puzzle que conforman la vida de cada uno. Tras una vestimenta puedes imaginar el tipo de vida o tras una postura, creer adivinar la actitud con la que se enfrenta a determinadas situaciones.
Solo es un juego del cual, en ocasiones, han salido historias para este blog.
Pero a veces la situación te ofrece muchos más datos y, digamos la fortuna, te coloca en un lugar priviligiado desde el que no solo observas e imaginas sino que escuchas y conoces.
El ya viajaba en el tren cuándo nosotras subimos. Ella ocupó su asiento junto a otro, en ese momento, sin pasajero a la vista. Se dispuso a acomodar su pequeño equipaje mientras yo, en el asiento de atrás, ya estaba dispuesta a emprender el viaje.
Era joven, muy joven, con una sonrisa entre dulce y franca que le iluminaba la cara. Ella deslizó su mirada por el pasillo y su sonrisa creció sobremanera en un instante: acababa de descubrir a su acompañante que venía por el pasillo. Se saludaron con un beso en la mejilla, se felicitaron el año y se sentaron dispuestos a acompañarse en su viaje, fueran dónde fuesen.
Yo, ensimismada en mis pensamientos, les escuchaba como una sordina de fondo mientras mi mirada recorría el exterior del tren viendo como el atardecer iba cayendo.
Hasta aquí todo normal y previsible pero una frase captó mi atención "no puedo más, tengo que contárselo a alguien" y, claro, volví a fijar mi mirada en esas dos personas que tenía delante.
A él no le veía ya que estaba justamente delante de mí pero a ella, sentada de medio lado, la veía perfectamente por el hueco de los asientos.
Su sonrisa, cada vez más triste, se quedó en apenas una mueca: su marido le había sido infiel. Su marido!! tan joven y casada! me llamó la atención, la verdad.
Ella viajaba bastante por trabajo (este viaje lo era) y en una de sus salidas, una mujer, compañera de trabajo del marido, pasó la noche en su casa. Ella se enteró de manera totalmente casual por un pequeño detalle (como siempre) y estiró del hilo hasta llegar a la terrible certeza.
El marido negaba que hubiera pasado nada aunque sí le confirmó que había estado en su casa hasta muy entrada la madrugada, que solo fué un tonteo, que la amante en cuestión necesitaba un amigo y que para amigo, él.
Todo ésto lo contaba ella mientras su compañero de asiento, de vez en cuándo y en silencio, le acariciaba el antebrazo a ella dándole consuelo. (ay, pensé yo, de una infidelidad, saldrá otra, ya lo estoy viendo....).

No voy a dar más detalles porque ultimamente me localizan hasta los muertos (sonrisa) pero cuándo bajé del tren mientras ellos seguían hacia su destino, lo hice con la sensación de haber leído tan solo el primer capítulo de una historia que iba a dar mucho de sí.


Observar e imaginar, esa es la cuestión...... o no.